El lujo: Liceu, teatros, banquetes...

La caída de Barcelona en manos franquistas supuso, también, un retorno al orden. El Gran Teatro del Liceu se convirtió en el símbolo de la recuperación burguesa, de la gente de orden, después del desenfreno revolucionario y proletario de los años de la guerra. El Liceu era el centro de encuentro de las grandes familias aristocráticas y cada inauguración de temporada un acontecimiento social de primera magnitud, tal como dejaban entrever las crónicas periodísticas de aquellos años: «Nunca como en esta ocasión se puede decir que en una gran reunión de carácter mundano y artístico estaba “el todo Barcelona” aristocrático. Los palcos y butacas llenísimos, realzando la brillantez de la velada la asistencia de las damas más distinguidas de nuestra buena sociedad». Barcelona volvió «a sus fueros de gran ciudad cosmopolita, siendo hoy día la única gran capital europea que celebra una temporada de ópera de tanta importancia».

El contraste entre el lujo de la entrada, el foyer y la platea y las calles del entorno era la metáfora perfecta de una ciudad sometida a las desigualdades sociales más profundas y radicales, al contraste violento entre la miseria y el lujo.

Si bien el Liceu era el centro de la vida de los vencedores de la guerra y representaba el retorno a la normalidad de las clases acomodadas de la ciudad, rehechas de los años de la República y de la revolución de 1936, otros teatros y salas, como el Tívoli o la Parrilla del Ritz, fueron los centros de fiestas, bailes, estrenos teatrales, etc., donde poder lucir la posición social y económica recuperada con la victoria franquista.

Salida del público de la función de inauguración de temporada del Gran Teatro del Liceu celebrada en diciembre de 1941. Pérez de Rozas (AFB)
«Hace unas cuantas noches que salimos poco, pues ha terminado la temporada del Liceo, que es lo que a uno le lleva más fuera de casa. […] Si hubiera un Liceo tres veces mayor que el actual, tres veces se llenaría hasta los botes. […] Las chicas quieren lucir y divertirse y es una cosa extraordinaria el abono. Llegan a pagar precios inverosímiles por poder tener un palco o unas butacas durante la temporada. Hay una verdadera puja entre pretendientes, que casi da a la venta el carácter de subasta. Y ello a pesar de haber escasez de coches. Muchas veces subiendo en tranvía veo las parejas por la Rambla a pie, arrastrando ellas la cola bajo el azote de un frío viento de invierno, y me convenzo del optimismo extraordinario de las gentes»
Fragmento de una carta de Josep M. Pi i Sunyer a Carme Cuberta y Carles Pi i Sunyer, Barcelona, 26 de febrero de 1942 (Arxiu Carles Pi i Sunyer – Fundació Carles Pi i Sunyer, ACPiS-FCPiS)
Minuta del banquete que el Ayuntamiento de Barcelona celebró en honor del Caudillo durante la su visita a la ciudad el 26 de enero de 1942 (AHCB)
Programa de la temporada 1943-1944 del Gran Teatro del Liceu (AHCB)
Vista del patio de platea del Gran Teatro del Liceu el 6 de diciembre de 1944. Pérez de Rozas (AFB)
Salida del público por la escalinata principal al finalizar la función de inauguración de temporada del Gran Teatro del Liceu el 6 de diciembre de 1944. Pérez de Rozas (AFB)
Programa del Teatro Tívoli para la temporada de primavera del año 1941. La obra que inauguró el ciclo fue La Reina Chulapa. Estampas del Madrid Isabelino (AHCB)