Las organizaciones de la Dictadura
Durante los primeros años de la posguerra, Falange Española Tradicionalista y de las Juntas de Ofensiva Nacional Sindicalista (F.E.T. y de las J.O.N.S.), el Partido Único de la dictadura, intentó jugar un papel principal en la nueva vida ciudadana y en el conjunto del país. Para ejercer esta hegemonía, Falange seguía el ejemplo de los otros fascismos europeos, el nazi alemán de Adolf Hitler y el fascista italiano de Benito Mussolini. Disponía de tres grandes organizaciones propias, con una incidencia notable en la vida colectiva: Auxilio Social, Frente de Juventudes y Sección Femenina. En el ámbito universitario, el Sindicato Español Universitario (S.E.U.) era el responsable de organizar la vida extra académica de los estudiantes.
La Sección Femenina era la responsable de aleccionar y de encuadrar a las niñas y a las muchachas de la España franquista. En Barcelona, como en el resto del país, la Sección Femenina llevaba a cabo una notable tarea de informar y formar a las muchachas de la Nueva España: ser madres, abnegadas y sumisas a los maridos, ser «los pilares del hogar», etc. A través del Servicio Social obligatorio, la organización pretendía culminar el adoctrinamiento de las jóvenes, con una mezcla de discursos falangistas, nacionalcatólicos y españolistas, para incorporarlas, en una posición subalterna, a la sociedad de postguerra.
El Auxilio Social, creado en Valladolid el otoño de 1936, asumió muy pronto un papel fundamental, gracias a su tarea asistencial y de beneficencia, primero durante la guerra, y después a causa de las duras condiciones de vida de la posguerra. En Barcelona, tuvo una gran proyección organizando los repartos de alimentos y productos de necesidad y las grandes ceremonias de confirmaciones y comuniones de niños y niñas.
El Frente de Juventudes encuadraba todos los niños y jóvenes entre los 7 y los 21 años, agrupándolos en diversas secciones: centros de enseñanza, centros de trabajo, sección rural; y, como era claramente visible, seguía en gran parte el modelo de las organizaciones juveniles de la Italia fascista. La organización contaba con un núcleo dirigente, más politizado, vertebrado alrededor de las Falanges Juveniles de Franco, de donde se suponía que saldría la futura clase dirigente de un hipotético Estado nacionalsindicalista. El objetivo fundamental del Frente de Juventudes era la educación física de los jóvenes y su socialización política en los principios falangistas, que se conseguiría mediante el adoctrinamiento ideológico en las escuelas y centros de trabajo, pero también con una serie de actividades extraescolares y extralaborales: deportes, actos culturales, desfiles, marchas, concentraciones y, por encima de todo, la realización de campamentos.











