Las celebraciones del calendario nazi en la ciudad
Como un ritual asumido por Barcelona, cada año la colonia alemana, organizada alrededor del Colegio Alemán o del Instituto Alemán de Cultura —las dos grandes instituciones germánicas en la ciudad—, celebraba su calendario de forma colectiva y pública: el Teatro Tívoli, el Palau de la Música Catalana, la Sala Iris, etc., fueron los lugares escogidos para conmemorar las fechas y fiestas señaladas del imaginario nazi.
El impacto visual de las esvásticas presidiendo el escenario del Palau de la Música, o los jóvenes hitlerianos haciendo guardia en el Teatro Tívoli, eran la metáfora perfecta de los nuevos tiempos de la ciudad: el Día de la Cosecha, la Fiesta Nacional del Trabajo, el Día de los Caídos de Noviembre, el aniversario del dictador nazi... Con una total y absoluta impunidad, y bajo la mirada comprensiva y la simpatía de los nuevos gobernantes, la colonia nazi invitaba dirigentes del Partido Nacionalsocialista Alemán para que visitasen Barcelona y celebrasen con sus compatriotas las grandes festividades del III Reich. Mientras tanto, el alcalde, el gobernador civil y el capitán general, los tenientes de alcalde, rectores universitarios, obispos y canónigos, periodistas y nuevos intelectuales se deleitaban ante la parafernalia y las coreografías importadas de la Alemania nazi.





