La “Fiesta de las Letras”
El régimen intervino las asociaciones e instituciones culturales de referencia y les cedió la iniciativa de continuar, bajo el principio de la depuración y de la españolización, las manifestaciones más ligadas a la lengua y a la literatura. Así, la Asociación de la Prensa de Barcelona, en el contexto de las actividades culturales que llevaba a cabo, protagonizó durante toda la década de 1940 uno de los ejemplos más claros no tan sólo de sustitución cultural, sino también de castigo hacia la cultura catalana: la conversión de los Jocs Florals en la Fiesta de las Letras, cuyo objetivo era contribuir «al enaltecimiento literario de la Nueva España, forjada en la Cruzada del glorioso Movimiento Nacional». Desde el Ayuntamiento se subvencionaba cada año económicamente el acontecimiento, se cedía material para decorar los locales y se daba apoyo con la asistencia de miembros de la corporación.


