Los monumentos de la “ciudad agradecida”
La mayoría de los monumentos de pasado republicano y catalanista fueron desmontados y retirados de la vía pública. Fue el caso de la estatua de Rafael Casanova, el busto de Enric Prat de la Riba, la estatua de Pau Claris y los monumentos dedicados a Francesc Layret y al doctor Robert.
La intervención más relevante fue la remodelación del obelisco situado en el cruce de la Avenida del Caudillo con el Paseo de Gracia. A propuesta del teniente de alcalde José Bonet del Río, se retiró el medallón con la efigie de Pi i Margall y se desmontó la estatua alegórica de la República, obra de Josep Viladomat. En su lugar, se instaló «una figura que simbolice a España coronando a sus héroes cuyo recuerdo será evocado en un bajo relieve que llevará la siguiente inscripción: El día 26 de enero de 1939. Año de la Victoria. Barcelona fue liberada de la trama rojo-separatista por los heroicos soldados de España. La ciudad agradecida».
La remodelación se encargó al escultor y coleccionista Frederic Marés, que, en los años de posguerra, estuvo muy activo en el campo de los encargos franquistas para reconvertir monumentos, lápidas, inscripciones, etc., o para erigir la nueva estatuaria de la dictadura en Barcelona.
Desde su inauguración, el 26 de enero de 1940, el obelisco se convirtió en el punto de referencia principal del franquismo ciudadano.






