Una beneficencia humillante
La primera prioridad de la Ponencia de Beneficencia, con la colaboración del Servicio de Evacuación del Estado, se centró en el retorno de los refugiados de toda España, que habían llegado a Barcelona durante la guerra y que, en el momento de la ocupación, sumaban aproximadamente 20.000 personas. Se intentó devolverlos a sus lugares de origen. El segundo gran ámbito de actuación fue la represión de la mendicidad, que el régimen presentaba como una organización profesional que no tenía nada que ver con las precarias condiciones de buena parte de la población.
De manera paralela, las organizaciones paraoficiales ligadas al régimen, especialmente Auxilio Social, participaron en todo tipo de actos destinados a ayudar a los vencedores, mientras que algunas asociaciones internacionales hacían llegar ayuda humanitaria a la población de la ciudad, lo que complementaba las actuaciones municipales —reparto de bonos, subvenciones, etc.— destinadas a paliar las condiciones de miseria y privaciones, que eran, además, un terreno abonado para la extensión de epidemias y enfermedades.






