Los hombres del nuevo poder
Durante la alcaldía de Miguel Mateu i Pla, y siguiendo las directrices del régimen, que incluían las tareas de depuración de funcionarios y el desmantelamiento de las estructuras de gobierno republicanas, la corporación que encabezaba llevó a cabo la conversión de Barcelona en una ciudad al servicio de la Nueva España.
El Ayuntamiento de Mateu i Pla, prototipo del franquista catalán comprometido con el proyecto franquista, cumplió las expectativas de supresión del pasado laico, democrático y catalanista de la ciudad. Y, más allá de la gestión de una ciudad devastada, superpoblada y hambrienta, el nuevo alcalde proyectó y construyó una nueva Barcelona, depurada de su condición de capital de Cataluña y supeditada a los intereses y a las necesidades de la España de Franco.
El día 27 de enero de 1939 tomó posesión la Comisión Gestora —posteriormente Pleno Municipal— del Ayuntamiento de Barcelona. Encabezada por el alcalde Miguel Mateu i Pla, la formaron 10 tenientes de alcalde y 11 regidores. Para el funcionamiento diario, el 23 de febrero se constituyó la Comisión Permanente, integrada por los tenientes de alcalde, el interventor, Víctor Valls, y el secretario municipal interino, Enrique Janer Durán, que redactó el acta y dio fe. Sus reuniones eran semanales y secretas. La composición de este primer Ayuntamiento sufrió dos remodelaciones: el 8 de julio de 1942 y el 4 de julio de 1944.



