Al día siguiente del 26 de enero de 1936
Inmediatamente después de la ocupación de la ciudad, las nuevas autoridades militares impusieron varios puntos de control que cerraban Barcelona y la desconectaban de su entorno geográfico. La prensa local comenzó a publicar noticias y avisos de cómo sería la nueva era marcada por la aplicación del Régimen Especial de Ocupación y las nuevas instrucciones: limpieza de fachadas y otras zonas de la ciudad (desaparición de carteles y rótulos de los años republicanos y de la guerra), presentaciones a las autoridades civiles y militares, implantación de la Falange, abastecimiento de alimentos y productos de primera necesidad, etc.
La ciudad tenía que volver a funcionar, limpia de rojo-separatistas y otras hordas rojas, y bajo la mirada atenta del Generalísimo y sus hombres.
La iconografía falangista tuvo un importante papel en el adoctrinamiento y reeducación de la población. Según los falangistas, se consideraba que la ciudadanía catalana ignoraba todos los valores de la Nueva España, de manera que debía llevarse a cabo un proceso acelerado de reeducación ideológica.
La campaña de Cataluña y, sobre todo, la caída y ocupación de Barcelona, permitieron, por su importancia y dimensión, construir grandes narraciones fotográficas que han llegado a ser las mejores crónicas visuales del triunfo franquista. Publicaciones como Fotos, fueron excelentes en este juego de propaganda visual.




(CRAI Biblioteca Pavelló de la República UB)



