Después de la caída, una nueva era

El 23 de diciembre de 1938, el general Franco dio la orden para comenzar la ofensiva contra el territorio catalán aún republicano. El 26 de enero de 1939, alrededor de 90.000 hombres del ejército franquista entraron en Barcelona; tres días antes, las autoridades republicanas y de la Generalitat habían dado órdenes para evacuar el personal civil y militar más comprometido hacia las comarcas de Gerona. Los marroquíes atacaron por el lado del Llobregat; los miembros del Cuerpo del Ejército de Navarra bajaron del lado de Collserola, y voluntarios italianos entraron por el nordeste, a lo largo del Besós. La maniobra culminó con notable éxito. No hubo ninguna resistencia significativa, no hubo prácticamente combates. Hacia las cinco de la tarde, el general Juan Yagüe, Dionisio Ridruejo, jefe de Propaganda y otros mandos de la vanguardia franquista estaban en la Plaza de Catalunya, rodeados por las tropas y civiles.

La caída de Barcelona —la «liberación», según la terminología de Franco— marcó a sangre y fuego la campaña de Cataluña. Se había perdido Barcelona y comenzaba una nueva historia, la de la Nueva España y, por tanto, la de la nueva Barcelona, redimida bajo la consigna programática "Ha llegado España". El III Año Triunfal estaba a punto de convertirse en el Año de la Victoria, el primero de una nueva era, hecha de fascismo, españolismo y nacionalcatolicismo.

Entrada de las tropas nacionales en Barcelona. Enero de 1939 (IEFC Col•lecció Matarranz)
El cerco de Barcelona (24-27 de enero de 1939). Las diferentes columnas y grupos de los ejércitos rebeldes rodearon Barcelona, entrando tanto por el lado del oeste y el mar, como por el norte y el nordeste, en una gran maniobra de cerco, a la vez que, por el lado del Vallés, continuaba el avance de las tropas franquistas hacia las comarcas del norte del país.
«Por delante de las cuevas cruzó una avanzadilla. Se oían disparos hacia el castillo de Montjuïc. Preguntaron por los atajos y caminos. El Popeye los orientó. Su madre, luego, le sopló una hostia, por traidor»
Enric Vila Casas y Paco Candel, Memòries d’un burgès i d’un proletari, De la República al 23-F (1931-1982). Barcelona: Columna, 1996, p. 85
La caída de Barcelona (26 de enero de 1939). El cerco y la caída de la ciudad de Barcelona se llevaron a cabo con mucho cuidado estratégico y con la idea de que las tropas franquistas encontrarían una gran resistencia. La verdad, sin embargo, es que las autoridades civiles y militares republicanas optaron por una retirada ordenada que, entre otras cuestiones, impidió una mayor destrucción de la ciudad y un castigo adicional para la población.
«Y a vosotros, catalanes, que os enveneraron con doctrinas infames, que os hicieron maldecir a España, que vivías engañados por la propaganda, os trajo también el perdón, porque España es grande y fuerte y puede perdonar»
Fragment del discurs del general Juan Yagüe, en la ocupación de Barcelona. C. Torre Enciso, La marcha sobre Barcelona. Barcelona: Editora Nacional, 1939, p. 191
“La liberación de Barcelona” (Filmoteca Española 1939)